“Quería que Takashi Miike sonriera cuando viera la película”, dice Flying Lotus, a.k.a. FlyLo, a.k.a. Captain Murphy, DJ, artista del hip hop, productor, sobrino de Coltrane, fan de Mr. Oizo y cineasta. Miike sonríe, sin dudas, y el cine de medianoche, por fin, también (basta de ñoñerías de género, hola a las masas amorfas copuladas): Flying Lotus se apropia política y juvenilmente de lo asqueroso, y vuelve viscoso al grotesco, sexual al sinsentido e inmundo al desafío de la pantalla como forma de felicidad a base de arcadas. Penes acuchillados, cucarachas saliendo de un ano, hectolitros de pus, orificios genitales varios, George Clinton defecando y postales de una Los Ángeles destruida que ahora, como siempre, es la cuna de la mejor “ascoplotation”: nunca se van a olvidar de Kuso. Juan Manuel Domínguez.